La
demanda de vivienda se ha mantenido prácticamente igual que antes de la pandemia, lo cual no significa que no se hayan producido cambios tanto en el perfil del demandante como en el
tipo de inmueble que se busca.
Según un informe de la
agencia Fotocasa Research, tras el confinamiento, un 13 % de particulares de entre 18 y 65 años buscan alquiler, un punto porcentual menos que en marzo, mientras que en los que se interesan por una compraventa el descenso es de dos puntos (13 %).
El interés por la vivienda con terraza o estancias al aire libre se dispara
La covid-19, como te hemos adelantado, ha propiciado un
cambio de tendencia respecto al tipo de vivienda más solicitada. Después de estar encerrados en casa alrededor de dos meses, la gente ahora se decanta por viviendas con terraza o con estancias al aire libre y, también, alejadas de los núcleos urbanos. Esto se debe, principalmente, a que
el concepto de hogar ha cambiado.
Hemos pasado de ver nuestra casa como el lugar al que vamos a descansar y a pasar algunas horas del día y la noche, a tenerlo como nuestro refugio en el que puede que estemos jornadas completas. Diversos estudios científicos como el impulsado por la
Universidad de Harvard nos advierten de que, mientras no exista una vacuna eficaz, se podrán requerir períodos intermitentes de confinamiento para mitigar la expansión del virus.
El encierro sembró en nosotros la
semilla del cambio y ahora, teniendo en cuenta que la situación podría volver a repetirse, somos muchos los que priorizamos las comodidades que nos ayuden a mejorar la convivencia. Disponer de
un espacio digno para habitar es una necesidad básica que hasta ahora habíamos dejado un poco de lado.
Nuestros compañeros de Mercado Inmobiliario de Aragón
explican en este artículo que crece el interés en viviendas en municipios de menos de 5.000 habitantes.
El perfil del demandante también ha cambiado
La mayor parte de
nuestro parque de viviendas es antiguo y está pensado para la vida que primaba en los años 70 y 80, pero no está preparado para que pasemos las 24 horas en invierno ni tampoco en verano. Se ha renovado, por tanto, la idea que tenemos de lo que nos ha de aportar nuestra casa, como también ha cambiado el
perfil del demandante de inmueble.
Antes del encierro, la media de edad de quienes buscaban casa era de
38 años, y ahora se ha situado en los 40. Respecto a los
niveles socioeconómicos, los cambios no son demasiado significativos, si bien se ha notado que ha crecido el número de clientes con rentas medias o altas y ha descendido el de aquellos con ingresos más bajos, en quienes se ha instalado la
incertidumbre por el futuro.
En definitiva, la
covid-19 ha marcado un antes y un después en el
sector del inmueble, un cambio de tendencia en la demanda y, sobre todo, una transformación de la filosofía.